En este sentido, me gustaría comparar la realización de dos intervenciones, una realizada en diversas campañas y con un método extensivo, como es La Masía de Can Roqueta, Sabadell [1] y otra, realizada en una única campaña a través de sondeos mecánicos que se hicieron en casi todo el promontorio, que es el Asentamiento de Almagra en Huelva [2].
En la Masía de Can Roqueta fue posible constatar diversas ocupaciones. En primer lugar, existió una masía original entre los siglos XII-XIII. De esta época medieval se documentaron un conjunto de quince silos, que fueron reaprovechados como contenedores de basura, con lo cual, conservan restos domésticos. Estos silos se encontraron muy arrasados, ya que faltan sus bocas. Este rebajo de tierra haría desaparecer cualquier vestigio de un nivel de circulación y de los muros de la masía medieval asociada a los silos.
Es posible que estos movimientos de tierras estén asociados a la construcción de una masía de época bajomedieval, entre los siglos XIV-XV, de la cual se conservan algunos muros y restos de pavimentos en su interior. Esta nueva masía se encuentra situada en el costado este de la masía actual. Esta masía era un edificio de planta rectangular, muy reducido, con algunas estancias y divisiones internas muy desdibujadas y arrasadas por la actividad constructiva posterior. Los restos localizados corresponde a un par de muros paralelos con dirección N-S, hechos de piedra y cantos rodados ligados con mortero. Asociado a estos muros se encuentra un pavimento de tierra apisonada. Sobre este pavimento, se encuentra un nivel de destrucción. Igualmente, se encontraron 4 silos asociados a esta masía. Estos son de mayor dimensión a los anteriores. Por otro lado, también existe un gran ámbito de contenedor, el cual consiste en un recorte del terreno, de poca profundidad, que posee un relleno de tierras y gravas, donde abunda el material arqueológico.
Esta parte de la masía aún está en curso de ser excavada, pero se observa cómo los muros de la masía bajomedieval y parte de los estratos y niveles de derrumbe fueron desmontados y rebajados cuando se lleva a cabo la construcción de una nueva masía, en el lado norte, en un momento indeterminado entre los siglos XVI y XVII. Aún no se sabe, si debido a los rebajes no se ha podido documentar enlaces entre ambos edificios, lo que si se ha constatado es que la zona de la antigua masía bajomedieval fue destinada a corrales.
Finalmente, la excavación en el interior de la masía actual proporcionó restos arqueológicos de los siglos XVII y XIX. Se han podido documentar los cimientos de los muros, algunos recortes y parte de un empedrado. Esta masía fue totalmente desfigurada y desmontada al construirse el edificio de la masía actual hacia inicios del siglo XIX. Esta masía utiliza elementos de la masía anterior, como lo son las piedras trabajadas. En este momento se vuelve a llevar a cabo un rebajo y movimiento de tierras que afecta a las estructuras anteriores y se construyen anexos que ocupan la zona de la antigua masía bajomedieval, ya que los corrales son cubiertos y encima de ellos se observa una estructura rectangular. Esta masía tendría dependencias dedicadas a la producción del vino. A finales del siglo XIX, debido a la plaga de la filoxera, esta zona pierde su uso y se le da un uso nuevo. Pasada la filoxera se plantaron otros tipos de viña procedentes de California, reavivando la producción agrícola.
Por otro lado, tenemos el asentamiendo de Almagra, Huelva, el cual ha sido documentado únicamente a partir de sondeos. En este yacimiento, donde se encuentra un cortijo actual, las estructuras moderno -contemporáneas se han localizado en las unidades de análisis de las trincheras 6 y 1.
En la Trinchera 6 los restos del cortijo documentados consisten en dos muros pertenecientes al cierre exterior del patio. Lo más llamativo de su localización radica en el hecho de que ambos asientan directamente sobre las estructuras de época islámica pertenecientes a parte de una vivienda de tipo rural (alquería). También, se ha localizado un fragmento de pavimento de ladrillos de época islámica. Por su parte, en la Trinchera 1, se localiza otro muro, en el que es posible observar varias ampliaciones sucesivas identificadas a partir de las diferencias de la técnica constructiva empleada. Se desconoce su funcionalidad, ya que se halla aislado respecto a otras estructuras coetáneas.
En cuanto a los elementos cerámicos excavados, se observó que se concentraban en un área determinada del yacimiento, la Trinchera 1, a diferencia de lo que ocurre para el momento islámico, cuya concentración básica se sitúa en las Trincheras 6 y 7, donde se localizan precisamente los restos habitacionales de la alquería y el área de vertedero y necrópolis asociados con ésta. Ello podría ser consecuencia y a la vez el indicador del desplazamiento progresivo de la ocupación del yacimiento hacia las zonas más elevadas, como ponen de manifiesto los restos del cortijo que acabamos de comentar.
Como podemos observar, el análisis que logran hacer de las estructuras de La Masía de Can Roqueta es mucho más extendido que el análisis que realizan del Cortijo de Almagra. Esto se debe a que las excavaciones realizadas sin un método extensivo dan informaciones parciales sobre los asentamientos.
[2] De la O Vidal, N. Gómez, A. Campos, J., 2004. «Arqueología
rural de época moderna y contemporánea en el entorno de Huelva: El asentamiento
de “La Almagra”». Huelva en su historia, volumen 12, pp. 77-97.
[1] Arrago. S. L. Arqueologia i Patrimoni. <http://www.arragosl.com/portfolio/masia-can-roqueta-sabadell/>. [Consulta: 20 de enero de 2014].
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