La arqueología de los caminos en sí no se ha conformado como una especialidad. Ésta, sobre todo, se inserta en la arqueología del Paisaje, lo cual se debe a que los caminos son mucho más fáciles de reseguir en lugares donde el urbanismo no es muy avanzado.
Hay distintas formas de documentar un camino:
- Por la toponimía, ya que en ocasiones esta toponimía nos habla de caminos antiguos.
- Por los trazados que aún se mantienen, donde en ocasiones se pueden observar estructuras antiguas, como los margenes del camino.
- Por planos antiguos, ya que a menudo los caminos cuando pierden su uso como tal se conforman como terrazas agrícolas, pues la reutilización de los materiales es fácil. También pueden quedar insertados en el urbanismo actual, con lo cual se puede identificar en los planos antiguos caminos que actualmente se han convertido en calles.
- En ocasiones estos se pueden documentar a través de la fotografía aérea porque la vegetación en torno a ellos difiere.
Los caminos generalmente nos aportan mucha información sobre cómo estaba vertebrado el territorio, cómo se realizaban las comunicaciones e incluso nos pueden indicar la presencia de otros yacimientos, puesto que caminos que sean importantes en su dimensión pueden estar hablando de la existencia de un destino que era importante para el comercio o por su representación política.
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