Arqueología del conflicto se denomina al estudio de cualquier cultura material que haya sido creada con la intención de ser usada para perjudicar a otros. Al igual que en la arqueología industrial e incluso más que en la anterior, la arqueología del conflicto posee una diversidad de sus formas de expresión, por lo cual no es sencilla ni su conservación ni su estudio.
Entre los elementos que podemos incluir están:
- Las fortificaciones
- Las trincheras
- Los campos de batalla
Como podemos observar, son estructuras susceptibles de ser estudiadas tanto elementos aislados, como puede ser una trinchera o un nido de ametralladora, como auténticos conjuntos, como puede ser una fortificación abaluartada.
Esta variedad tipológica hace que muchos de estos elementos, a menudo los menos espectaculares, no sean conservados. Esto sucede mucho con los campos de batalla, los nidos de ametralladora, que se encuentran a lo largo de toda la costa del Maresme, entre otros. En el caso de los campos de batalla, los gobiernos se encuentran con la problemática de que si se deben conservar, pasa a ser protegido un territorio muy amplio que no podrá ser aprovechado.
Cabe destacar que existen otros gobiernos que hacen de estos campos de batallas auténticos sitios turísticos, como sucede en los campos de batallas de Estados Unidos.
Por otro lado, existen elementos de defensa pasiva que no se sabe muy bien donde ubicarlos, este es el caso de los refugios antiaéreos. Hay investigadores que prefieren denominarlos así "defensa pasiva", pero incluirlos dentro del estudio de la arqueología del conflicto. Sin embargo, hay otros que prefieren hablar de arqueología de la retaguardia, puesto que estos elementos no son realizados con el objetivo de perjudicar a otros, sino que son hechos con la única finalidad de defender a la retaguardia.
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