En principio, cabe resaltar que las fuentes y los instrumentos no varían para cada periodo, la arqueología debe valerse de cualquier fuente documental que tenga para poder explicar los yacimientos arqueológicos. En primer lugar existe una división clave de las fuentes:
- Fuentes primarias, son aquellos datos que no han estado editados ni estudiados por otros investigadores y que, aunque hayan estado estudiados, puedes acceder al dato original.
- Fuentes secundarias: son aquellas proporcionadas por otros investigadores, como artículos, libros, mayoritariamente, publicaciones.
Entre las fuentes primarias encontramos una cantidad muy diversa de fuentes que nos pueden ayudar:
- Fuentes escritas: son aquellas que han llegado hasta la actualidad de forma escrita. En este sentido, todos los arqueólogos, exceptuando los que estudian la prehistoria para la cual no existen fuentes escritas, deben consultarlas, ya sea para obtener una idea general sobre un tema en específico o debido a que existe una fuente escrita que hable sobre el yacimiento o la cuestión en específico. Cabe resaltar que es necesario eliminar la distinción que se ha venido haciendo entre los periodos actuales, afirmando que estos no necesitan de intervenciones arqueológicas por tener mucha documentación escrita, y los periodos más antiguos, donde afirman que no se pueden consultar dichas fuentes. Un ejemplo de esto, muy interesante, es la reconstrucción que han hecho los arqueólogos del Castillo a través de la consulta de más de 600 fuentes documentales. Este ejercicio es importante ya que, aunque realicemos la intervención arqueológica, las fuentes escritas nos pueden dar indicaciones sobre cómo eran los materiales que no se han conservado.
Dentro de las fuentes escritas se puede hacer la distinción entre fuentes privadas, que constituirían documentos propios y de fuentes públicas, es decir, que han sido realizadas con el objetivo de ser leídas por un público mayor. A veces esto no está tan claro, este es el caso de obras literarias que han sido escritas sin ninguna intención de ser publicadas.
- Fuentes orales: los testimonios orales son fundamentales, en este caso se pueden llevar a cabo sobre un periodo reciente del cual obtendríamos una información que puede ser considerada directa, ya que ha sido proporcionada por las personas que estuvieron en ese periodo o por sus descendientes. En cuanto a periodos anteriores, tampoco hay que descartar las fuentes orales, ya que muchas veces nos pueden indicar cuestiones que han quedado grabadas en los pobladores, un ejemplo de esto serían los topónimos designados por los pobladores, que en muchos casos pueden indicar la presencia de un yacimiento u otras cuestiones.
- Fuentes materiales: respecto a las fuentes materiales tampoco debemos limitarnos en cuanto a su concepción, para mí es una fuente material todo aquél material que aporte información sobre el yacimiento, desde una cerámica, un hueso, una moneda hasta el propio sedimento.
- Fuentes experimentales: según mi opinión, es necesario llevar a cabo experimentaciones en todos los periodos, ya que las experimentaciones dan una visión muy distinta de lo que se puede tener simplemente observando un objeto o una práctica. Un ejemplo de esto fueron las experimentaciones que llevamos a cabo en torno a la fabricación de una cerámica. En principio la fabricación de una cerámica a mano puede parecer un proceso fácil, primitivo y sin ninguna especialización, en cambio, cuando realizamos la experimentación nos dimos cuenta de que requiere una técnica de realización mayor de la que pensábamos y, por ello, la mayoría de las cerámicas que realizamos se rompieron o no se cocieron del todo.
Actualmente se están llevando a cabo experimentos en torno a muchas prácticas como la metalurgia, el cultivo e incluso la construcción.
- Fuentes etnológicas: las fuentes etnológicas o etnoarqueológicas consiste en la observación de prácticas actuales de grupos pre-industriales para la explicación de fenómenos ocurridos en la antiguedad. Cabe resaltar que hay que ser muy cuidadosos con las comparaciones que se realizan, ya que al ser tan lejanas en el tiempo pueden tratarse de analogías incorrectas. Para mí las fuentes etnológicas tienen que servir para ampliar la visión sobre un tema y, posteriormente, comprobar las hipótesis con otros datos. Un ejemplo de esto es un trabajo que realicé para Arqueobotánica, de un yacimiento llamo Ronquín, en el cual se encontró un objeto hecho de arcilla con una especie de rejillas. Observando fuentes etnológicas, los autores afirmaron que se puede tratar de un Budare, un elemento usado en la cocción de tortas de maíz y yuca, sin embargo, esto tiene que ser comprado. Para comprobar esta teoría se pueden usar técnicas de microanálisis en las porosidades del objeto para observar qué materias se observan, si se conserva maíz y yuca pues podremos afirmar esta hipótesis.
Con respecto a otros periodos la época moderna y contemporánea poseen otras fuentes, como la imprenta, la prensa o las fotografías.
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