martes, 4 de febrero de 2014

Arqueología Industrial V: Análisis de la película Germinal

Análisis de la película

El argumento principal de la película son los problemas sociales surgidos a causa de la revolución industrial, debido a la contraposición de intereses entre el capital y la fuerza de trabajo, cuando la clase proletaria en Francia, debido a sus pésimas condiciones de trabajo, se dan cuenta de que el único medio de presión que poseen contra los burgueses es su propio trabajo. Esta situación se relata a través de la historia de Étienne Lantier, un joven perteneciente a la aristocracia obrera, es decir, un maquinista, que llega al pozo de Voreaux en la frontera franco-belga pidiendo trabajo y consigue un trabajo como minero gracias a un obrero llamado Toissaint Maheu, el cual lo termina hospedando en su casa. Al darse cuenta de la insuficiencia y disminución del salario de los trabajadores y de las malas condiciones en las cuales vivían los obreros, decide comenzar a reunirlos, realizando un fondo de previsión e incitando a los obreros a que se unan a la I Asociación Internacional de Trabajadores, pero en un momento donde las condiciones empeoran, ya que reducen las tarifas del precio de las vagonetas y decretan que los entibados se realizaran a parte, dejan de trabajar para obligar a los capitalistas a mejorar las condiciones de salario y de trabajo, lo cual desencadena situaciones contrarias a las que se buscaba, es decir, desencadena en la tragedia de la familia donde Etienne había sido recibido.

En primer lugar, muestra el funcionamiento de una colonia industrial, como se puede ver desde el principio, usa un lenguaje técnico de las herramientas, de los salarios, muestra cómo eran usadas las fuerzas animales, la forma de trabajo en la mina, así como las fiestas fuera de éstas.

La película es muy veraz en el momento de mostrar la realidad obrera, debido a que muestra claramente las condiciones de suciedad en las que vivían y las condiciones de hambre que llevaba a los campesinos a la desesperación, en escenas como la de la madre de familia obrera que va a pedir pan a las familias capitalistas. 

También refleja como la industrialización trajo consigo la aparición de enfermedades nuevas, sobre todo se puede ver como Bonnemort, un trabajador de 58 años, había sufrido hinchazón del vientre y poseía enfermedades respiratorias como la sicólisis. 

Por otro lado, refleja cuestiones correspondientes directamente con las condiciones de trabajo, como las condiciones de seguridad, con lo cual, se puede ver que el obrero estaba sometido a múltiples peligros, como el derrumbe de la mina, debido a los malos entibados, el grisú y otros riesgos. Otro elemento propio del trabajo y que se refleja claramente es el horario laboral, por lo cual, se puede ver que los trabajadores salían cuando aún no había amanecido y regresaban al atardecer, realizando jornadas de trabajo de 13 a 15 horas[1]. De igual forma, se puede ver como los salarios eran pésimos, y lo único con lo que podía contrarrestar este hecho la nueva clase obrera, era con el trabajo de sus hijos, constituyéndose como su único medio de producción, por lo cual, era permitido que trabajaran desde que se encontraban en condiciones, en edades tan tempranas como los seis años. En este punto se puede ver como el trabajo es otro factor de producción. Igualmente muestra la visión que se poseía acerca de la muerte, cuando en las primeras escenas contratan a Etienne Lantier porque se ha muerto una trabajadora llamada Flerance y todos reciben la noticia con sorpresa pero con más normalidad de lo que se espera. 

Fuera de las condiciones de los trabajadores, la película deja claro cuáles eran las relaciones de poderes que existían entre las clases, realizando una clara distinción entre la clase obrera y la burguesía y, dentro de éstas, establece otros contrastes internos que se ven reflejadas en los personajes. Dentro de la clase obrera, distingue entre la aristocracia obrera, que necesita preparación para ejercer el puesto que ocupa, y la parte de la clase obrera menos privilegiada, cuya mano de obra no representa ninguna preparación y que, por lo tanto, no es valorada en ninguna medida. Dentro de la burguesía, también establece diferencias como la burguesía industrial y otro tipo de burguesía basada en la comercialización.

Además, muestra la visión propia de cada clase en cuanto a sus condiciones. Un ejemplo de esto es el tema de la crisis capitalista que se produce durante el s.XIX y la incidencia que ésta tenía sobre el capital fijo, afectando más al propietario pequeño, debido a que la economía de escala favorecía las asociaciones de propietarios, ocasionando, durante el siglo XIX, el capitalismo monopolista. Además, se explican las causas de esta crisis, ya que los capitalistas argumentan que, debido a la sobreproducción, al cierre de la demanda de hierro y bronce por parte de América, que comienzan a desarrollar una industrialización propia y la consecuente reducción del mercado, los productos ya no son absorbidos y, por lo tanto, no se pueden rebajar los costes de producción, sino que se deben rebajar los salarios. 

Por otro lado, muestra los problemas que tenían los obreros en cuanto a las divisiones internas que sufría su unidad de fuerza y su proyecto político que, lejos de ser unido, poseía diferencias en cuanto a cómo se debía proceder. En este punto, la película presenta los dos proyectos que surgieron de los movimientos obreros, como lo son el socialismo y el anarquismo. 

Un momento clave de la película es cuando la clase obrera se da cuenta de su identidad de clase y comienza a percibir que su forma de lucha es su propio trabajo. También me resulta interesante el modo en que se plantea la huelga, ya que las insignias eran ¡queremos pan!, muy parecidas a las insignias de las manifestaciones que se hicieron después de que fueron removidos los jacobinos del poder en la Revolución Francesa[2]. La manifestación se lleva a cabo pasando por todas las minas que no se han unido al movimiento e impidiendo que los obreros trabajen, lo cual muestra una forma de lucha espontánea, propia de un lugar en el que no se permite la actividad sindical. Esta parte de la película muestra la idea de que tanto el capitalismo como la lucha obrera comporta la violencia. Otro punto importante es la escena en la que son contratados obreros belgas para sustituirlos, donde Maheu afirma: “que los extranjeros ocupen nuestro lugar me destroza el corazón”, lo cual resalta que, además de la identidad de clase, existe la identidad nacional que en este momento ya esta forjada y es una característica de la contemporaneidad. Por último, el mensaje más importante que deja el obrero aristócrata es que, hasta que no se formen los sindicatos y la lucha obrera se organice para que no sea sólo una mina la que presione sino todas en conjunto, no se podrán llevar a cabo las reivindicaciones que desean. Es decir, se realiza una reflexión sobre la ley y su utilidad para defender los derechos. Esta reflexión de si se podía utilizar la legislación de los estados burgueses a favor de los obreros, estuvo presente dentro del primer movimiento obrero. 

Autor de la novela “Germinal”:

Esta película está basada en la novela de Émile Zola denominada Germinal y publicada en 1883. Émile Zola era un escritor francés que nació en 1840 y murió en 1902 y, por lo tanto, es contemporáneo a los hechos que relata en dicha novela. Es considerado el padre del naturalismo, el cual es un estilo literario que consiste en reproducir la realidad con una objetividad documental en todos sus aspectos, de hecho, la novela Germinal, que es la decimotercera novela de los veinte volúmenes que Émile Zola escribió dentro de la serie Les Rougon-Macquart, fue realizada a través de las encuestas que hizo a las clases trabajadoras[3], como lo dice La Vanguardia: “Pero "Germinal" también es uno de los más notables antecedentes modernos del denominado periodismo de investigación. Para escribir "Germinal", Zola se convirtió en minero por unos días… Es el método basado en las llamadas técnicas de la infiltración”[4].

Los hechos que inspiraron a Zola en la redacción de la novela fueron los siguientes: La huelga de los mineros de Ricamarie y Aubin de 1869, momento en que el escritor francés trabajaba como redactor de La Tribune, las protestas de Creusot y Fourchambault, de 1870, así como las de Montceau-les-Mines, de 1882 y la huelga minera de Anzin, ocurrida entre febrero y abril de 1884, la cual le permitió, sobre todo, caracterizar al personaje de Etienne Lantier, ya que pudo observar que, lejos de la violencia, los obreros se reunían pacíficamente[5]. 

La tendencia política de Émile Zola era el socialismo marxista, lo cual se puede ver en la presentación de Etienne Lantier, el cual reflejaba claramente los ideales de esta corriente, en contraposición del personaje del anarquista, cuyas intenciones son destructoras.

Director de la película: 

Claude Berri es un director y productor francés que, en el momento de realizar la película, ya poseía 30 años de oficio. Empezó en 1963 con el corto más premiado de la historia del cine, "Le poulet". Entre sus películas más famosas está "La Reina Margot" y “Germinal”[6]. Claude admite que, para él, Germinal era un capricho, y en algunas entrevistas afirma que también “se trata de una crítica a la sociedad, tratando de mostrarle que aún existían las diferencias sociales, y que el comunismo ahora inexistente, representado en la novela utópica de Zola, habría sido una buena solución”[7]. De hecho, Claude Berri afirma que dedicaba la película a su padre: “artesano peletero que, desde mi más tierna infancia, me habló de las injusticias del mundo, vivió el Frente Popular de 1936, votaba comunista y después de la guerra, me llevaba a manifestaciones de decenas de millares de personas”[8]. La película de Claude se identifica, sobre todo, por su rudeza y realidad al representar la novela, que fue ampliamente criticada. 

Influencia de la película sobre la sociedad:

La película produjo mucho impacto en la prensa, de hecho, se habla de que la vieron “siete millones de franceses”[9], sin embargo, Claude Berri afirma que la recaudación de la película apenas le permitiría recuperar lo que invirtió, pero que lo que valía era el dinero convertido en filme[10]. Las críticas de la película fueron diferentes, mientras algunos afirmaban que la actuación de Gerard Depardieu fue impresionante y que no se le reconocía vestido como minero. Existieron otro tipo de críticas que enfocaban los aspectos negativos de la película, como la siguiente: “Con un Gérard Depardieu cuya atocinada figura dista mucho de la de un obrero famélico, la irregular película de Berri sólo remonta en las escenas intimistas y familiares… Souvarine, el anarquista ruso, que a pesar de su dilatado metraje "Germinal" no aburra al espectador es un mérito que no cabe atribuir a Berri, sino al excelente y dilapidado material literario”[11].

Por otro lado, la película sufrió censuras en sus diversas versiones, como en la versión de Reino Unido, donde se tuvieron que eliminar 30 segundos de película para eliminar escenas de crueldad animal, donde aparecía una pelea de gallos, para cumplir con la “Cinematograph Films (Animals) Act”, de 1937[12].

Además, la secuencia donde aparece Chaval en una reunión que mantuvo con los dueños de la mina, donde aceptó unas monedas como soborno (Igual que judas) para desmovilizar a los trabajadores, fue censurada y sólo se puede apreciar en la versión francesa[13].

Análisis de los personajes:

Entre los personajes colectivos encontramos dos personajes contrapuestos muy importantes, que serían, por un lado, la burguesía y, por otro lado, los trabajadores obreros, pero estos pueden ser identificados también a través de personajes concretos.

Las características del colectivo de la clase obrera se pueden identificar claramente a través de la familia obrera, representada por Toissant Maheu (Gerard Depardieu), que sería el padre de familia, cuya única preocupación sería el mantenimiento de la misma y que participa en las manifestaciones junto al colectivo obrero. La mujer representada por Maheude (Miou-Miou) reflejaría cómo las mujeres comienzan a ser a partir de la industrialización y como comienzan a desempeñar actividades masculinas, rompiendo con el arquetipo de la mujer que se tenía, ya que pasa a ser una fuerza de trabajo, adquiriendo un papel más autónomo. También está el papel de la mujer joven, que sería Catherine. Otro personaje que funcionaría como colectivo, debido a que no tienen mucha diálogo individual, serían los niños, representados sobre todo por Jeanlin (Albano Guaetta) y Zacharie (Thierry Levaret), reflejarían la idea de la clase proletaria, que como su nombre, lo único que poseen es a sus hijos y a los salarios que estos pueden aportar a la casa, constituyendo igualmente como una fuerza de trabajo. Esta familia muestra lo que sería la vida de una familia, donde todos sus miembros se dedican a la minería y también permite formarse una idea acerca de las características demográficas de la época, las altas tasas de natalidad y mortalidad, así como una baja esperanza de vida, es decir, una estructura demográfica donde aún no se ha llevado a cabo la transición, que conlleva la desaparición del antiguo régimen[14]. 

Por otro lado, estaría Etienne Lantier (Renaud), que además de representar al colectivo de la aristocracia obrera que posee más ideales políticos, representaría a otro colectivo, que son los obreros a favor de la corriente socialista, y que, por lo tanto, creen en la conquista del poder político por parte de la clase obrera, a través de la reunión y la revolución. Por ello, posee un lenguaje propio del socialismo, comparando la situación del obrero con la esclavitud y la constante búsqueda de la igualdad y destaca la formación de la I internacional y del fondo general como las organizaciones que permiten la lucha obrera pero, a pesar de representar varios colectivos, este personaje también posee una identidad individual, lo cual se puede ver en sus pensamientos, los cuales se desarrollan a lo largo de la película.

El personaje contrario a Etienne, también maquinista, sería Souvarine, es un personaje muy individual, que representaría a los obreros a favor del anarquismo, caracterizados por ser solitarios y por llevar a cabo la propaganda del hecho, atacando objetivos sensibles como la mina de Voreaux. Los ideales de este personaje son claros, se puede ver que no creía en la conquista del poder político, caracterizando el anarquismo como violento y sin ningún cuerpo doctrinario, como lo señala la siguiente cita: “nunca seréis felices mientras tengáis algo que os pertenezca, alguien vendrá para aniquilar la raza de los egoístas”, aunque es cierto que nunca llegaron a tener un representante teórico como el socialismo marxista, el movimiento anarquista si tenía unos ideales y una organización más concreta que el ataque de objetos sensibles, como la idea de crear una federación de sindicatos que suplantara la división de naciones[15].

A parte los obreros como masa, también tenían divergencias en su interior, había quienes estaban a favor de llegar a un acuerdo con la Compañía sin dejar de trabajar, y el personaje de los esquiroles, que tiene su máxima representación en Chaval, que es un obrero que, a pesar de sus compañeros están muriendo de hambre para llevar a cabo la huelga, como le es ofrecido el sueldo de capataz, regresa a trabajar. Este grupo de personas en contra de la huelga afirmaban que “trabajar no es un crimen”.

Por otro lado, estaría el colectivo burgués, representado, sobre todo, por la familia capitalista, los Grégoire, accionistas de la mina Voureaux, que muestran el colectivo del capitalismo impersonal, llevado a cabo por accionistas, por lo cual, los obreros no lo conocían, ya que no se relacionan con la vida en la fábrica. Esta familia representaría la antítesis de la familia obrera, de modo que posee todos los lujos que se pueden permitir. Se puede ver en este personaje una actitud de poca importancia hacia la huelga y de idealización de la Compañía como la salvadora de los hombres por crear colonias industriales. Además, se puede ver como el capitalismo establece la imagen del obrero como bebedor de alcohol, constituyendo una representación social de sus características, de modo que la burguesía piensa que los obreros no tienen dinero porque se lo gastan en bebida y los comparan con los campesinos. Dentro de este colectivo, se puede ver en el personaje de Cecil (Cecile Bois), que se preocupa de la caridad, pero se tiene que hacer la diferencia entre caridad y responsabilidad social, que no se desarrolla hasta años después. Es por ello que el personaje de Bonnemort la asesina, ya que siente que sólo le da caridad, pero que esto no resuelve las desgracias de su familia.

Por otro lado, se puede ver el capitalismo personal, conformado por el señor o pequeño propietario que responde cuando sus obreros se sublevan. Este sería Deneulin, dueño de la mina Jean Bart, que lo dice claro en un diálogo: “si les subo el sueldo, soy hombre muerto, prefiero cerrar el negocio antes de saber que no les puedo pagar a fin de mes, estoy solo, sin accionistas… no quiero que sirvan a un patrono que nunca verán”. También afirma que está lleno de deudas desde que emprendió la modernización de las máquinas, reflejando que se encuentran ya dentro de la segunda revolución industrial.

Dentro de la burguesía, pero diferente de la industrial, es decir, constituyendo una burguesía comercial, encontramos a Maigrat (Gerard Croce), que es el vendedor de la tienda, el cual se puede ver que posee un nivel de vida muy alto, y que esto es notado por los obreros, ya que existe la capacidad de verlo como otra cosa, es decir, como un enemigo de clase.

Por último, quería destacar el papel colectivo de los gendarmes, que es discutido por el pueblo, ya que afirman que ellos existen para proteger al pueblo y que ellos no tienen porque impedir su lucha, que es personal con los capitalistas. A diferencia de algunos procesos revolucionarios de época contemporánea, donde la fuerza policial se termina aunando a la revolución. Este hecho nos lleva a la conclusión de que el Estado estaba a favor de los burgueses, realidad que se produce hasta los años 20, cuando el Estado decide ser neutral[16].

Se puede ver como Émile Zola quiso representar, a través de la antítesis, la contraposición entre capital y trabajo y, dentro de los mismos, las divergencias de pensamientos y realidades que estos podían tener.

Contextualización histórica de la película:

La contextualización más clara que podemos apreciar de la película es la existencia de la I asociación internacional de trabajadores, creada en 1864 e introducida en Francia desde 1865 como la Sección Francesa de la Internacional Obrera. Era una época en que ya muchos países como Gran Bretaña estaban organizados a través de sindicatos pero, en Francia, la Sección Francesa de la Internacional de Obreros era casi virtual, ya que sólo tenía una práctica real en Paris y en otras ciudades importantes, en gran parte, debido a las limitaciones del segundo imperio francés. Desde 1864, una ley imperial había permitido los sindicatos pero, a pesar de esto, después de la caída del II imperio francés y del gobierno frustrado de la Comuna de París, el gobierno republicano llevó a cabo una fuerte represión, con lo cual, no se observa actividad sindical hasta 1876 y, sobre todo, desde 1884, donde el movimiento sindical es regulado[17]. De hecho, La huelga de Alzín precederá al reconocimiento oficial de los sindicatos franceses en 1884, el mismo año en que, tras hacer acopio de suficiente información, Zola se aventura a escribir Germinal, obra que, hábilmente, se remonta al momento en que nace la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), con el propósito de satisfacer las reivindicaciones del proletariado mundial[18]. 

Además de la creación de la I internacional, esta película se corresponde con la primera crisis capitalista, por ello, podemos ver cómo los capitalistas hablan de cómo se abaratan los costes, ya que esta crisis es la primera que se da por sobreproducción. Esta crisis de sobreproducción desembocó en el capitalismo monopolista y en la puesta en escena de leyes proteccionistas, que significaban terminar un paradigma que se había establecido desde el pensamiento liberal y que era el de la competencia[19].




[1] Paredes, Javier. Historia Universal Contemporánea. Barcelona: Ariel, 1999. 4ta Edición, 2004.
[2] Paredes, Javier. Historia Universal Contemporánea. Barcelona: Ariel, 1999. 4ta Edición, 2004.
[3] Caudet, Francisco. Germinal: Estudio preliminar de Francisco Caudet. Madrid: Ediciones de la Torre, 1985.
[4] Casasús, Josep María. « "Germinal"». La Vanguardia, 18-10-1993, pág. 22.
[5] Caudet, Francisco. Germinal: Estudio preliminar de Francisco Caudet. Madrid: Ediciones de la Torre, 1985.
[6] Caballero, Óscar. «Estreno en Francia de "Germinal", la mayor producción del cine galo». La Vanguardia, 28-09-1993, pág. 55.
[7] Muñoz, Diego. «Claude Berri: “Las injusticias y las diferencias de clase aún existen”». La Vanguardia, 29-09-1994, pág. 46.
[8] Caballero, Óscar. «Estreno en Francia de "Germinal", la mayor producción del cine galo». La Vanguardia, 28-09-1993, pág. 55.
[9] Muñoz, Diego. «Claude Berri: “Las injusticias y las diferencias de clase aún existen”». La Vanguardia, 29-09-1994, pág. 46.
[10] Caballero, Óscar. «Gérard Depardieu da vida al "Germinal" de Emile Zola en una superproducción colosal». La Vanguardia, 09-01-1993, pág. 31.
[11] Bonet Mojica, Lluís. «Zola, en el subsuelo del cine». La Vanguardia, 29-10-1994, pág. 40.
[12] IMDb.com, Inc.: http://www.imdb.com/title/tt0107002/alternateversions. [Consulta: 15 de mayo].
[13] Martínez Valero, Tomás. Germinal (Claude Berri, 1993). [En línea]. http://www.cinehistoria.com/germinal.pdf. [Consulta: 15 de mayo].
[14] Paredes, Javier. Historia Universal Contemporánea. Barcelona: Ariel, 1999. 4ta Edición, 2004.
[15] Item.
[16] Paredes, Javier. Historia Universal Contemporánea. Barcelona: Ariel, 1999. 4ta Edición, 2004.
[17] Paredes, Javier. Historia Universal Contemporánea. Barcelona: Ariel, 1999. 4ta Edición, 2004.
[18] Martínez Valero, Tomás. Germinal (Claude Berri, 1993). [En línea]. http://www.cinehistoria.com/germinal.pdf. [Consulta: 15 de mayo].
[19] Paredes, Javier. Historia Universal Contemporánea. Barcelona: Ariel, 1999. 4ta Edición, 2004.

Arqueología del Mundo Rural II: La Masia de Can Roqueta y el asentamiento de Almagra, Huelva.

En este sentido, me gustaría comparar la realización de dos intervenciones, una realizada en diversas campañas y con un método extensivo, como es La Masía de Can Roqueta, Sabadell [1] y otra, realizada en una única campaña a través de sondeos mecánicos que se hicieron en casi todo el promontorio, que es el Asentamiento de Almagra en Huelva [2].

En la Masía de Can Roqueta fue posible constatar diversas ocupaciones. En primer lugar, existió una masía original entre los siglos XII-XIII. De esta época medieval se documentaron un conjunto de quince silos, que fueron reaprovechados como contenedores de basura, con lo cual, conservan restos domésticos. Estos silos se encontraron muy arrasados, ya que faltan sus bocas. Este rebajo de tierra haría desaparecer cualquier vestigio de un nivel de circulación y de los muros de la masía medieval asociada a los silos. 


Es posible que estos movimientos de tierras estén asociados a la construcción de una masía de época bajomedieval, entre los siglos XIV-XV, de la cual se conservan algunos muros y restos de pavimentos en su interior. Esta nueva masía se encuentra situada en el costado este de la masía actual. Esta masía era un edificio de planta rectangular, muy reducido, con algunas estancias y divisiones internas muy desdibujadas y arrasadas por la actividad constructiva posterior. Los restos localizados corresponde a un par de muros paralelos con dirección N-S, hechos de piedra y cantos rodados ligados con mortero. Asociado a estos muros se encuentra un pavimento de tierra apisonada. Sobre este pavimento, se encuentra un nivel de destrucción. Igualmente, se encontraron 4 silos asociados a esta masía. Estos son de mayor dimensión a los anteriores. Por otro lado, también existe un gran ámbito de contenedor, el cual consiste en un recorte del terreno, de poca profundidad, que posee un relleno de tierras y gravas, donde abunda el material arqueológico. 




Esta parte de la masía aún está en curso de ser excavada, pero se observa cómo los muros de la masía bajomedieval y parte de los estratos y niveles de derrumbe fueron desmontados y rebajados cuando se lleva a cabo la construcción de una nueva masía, en el lado norte, en un momento indeterminado entre los siglos XVI y XVII. Aún no se sabe, si debido a los rebajes no se ha podido documentar enlaces entre ambos edificios, lo que si se ha constatado es que la zona de la antigua masía bajomedieval fue destinada a corrales.


Finalmente, la excavación en el interior de la masía actual proporcionó restos arqueológicos de los siglos XVII y XIX. Se han podido documentar los cimientos de los muros, algunos recortes y parte de un empedrado. Esta masía fue totalmente desfigurada y desmontada al construirse el edificio de la masía actual hacia inicios del siglo XIX. Esta masía utiliza elementos de la masía anterior, como lo son las piedras trabajadas. En este momento se vuelve a llevar a cabo un rebajo y movimiento de tierras que afecta a las estructuras anteriores y se construyen anexos que ocupan la zona de la antigua masía bajomedieval, ya que los corrales son cubiertos y encima de ellos se observa una estructura rectangular. Esta masía tendría dependencias dedicadas a la producción del vino. A finales del siglo XIX, debido a la plaga de la filoxera, esta zona pierde su uso y se le da un uso nuevo. Pasada la filoxera se plantaron otros tipos de viña procedentes de California, reavivando la producción agrícola.

Por otro lado, tenemos el asentamiendo de Almagra, Huelva, el cual ha sido documentado únicamente a partir de sondeos. En este yacimiento, donde se encuentra un cortijo actual, las estructuras moderno -contemporáneas se han localizado en las unidades de análisis de las trincheras 6 y 1.



En la Trinchera 6 los restos del cortijo documentados consisten en dos muros pertenecientes al cierre exterior del patio. Lo más llamativo de su localización radica en el hecho de que ambos asientan directamente sobre las estructuras de época islámica pertenecientes a parte de una vivienda de tipo rural (alquería). También, se ha localizado un fragmento de pavimento de ladrillos de época islámica. Por su parte, en la Trinchera 1, se localiza otro muro, en el que es posible observar varias ampliaciones sucesivas identificadas a partir de las diferencias de la técnica constructiva empleada. Se desconoce su funcionalidad, ya que se halla aislado respecto a otras estructuras coetáneas.

En cuanto a los elementos cerámicos excavados, se observó que se concentraban en un área determinada del yacimiento, la Trinchera 1, a diferencia de lo que ocurre para el momento islámico, cuya concentración básica se sitúa en las Trincheras 6 y 7, donde se localizan precisamente los restos habitacionales de la alquería y el área de vertedero y necrópolis asociados con ésta. Ello podría ser consecuencia y a la vez el indicador del desplazamiento progresivo de la ocupación del yacimiento hacia las zonas más elevadas, como ponen de manifiesto los restos del cortijo que acabamos de comentar.

Como podemos observar, el análisis que logran hacer de las estructuras de La Masía de Can Roqueta es mucho más extendido que el análisis que realizan del Cortijo de Almagra. Esto se debe a que las excavaciones realizadas sin un método extensivo dan informaciones parciales sobre los asentamientos.




[1] Arrago. S. L. Arqueologia i Patrimoni. <http://www.arragosl.com/portfolio/masia-can-roqueta-sabadell/>. [Consulta: 20 de enero de 2014].
[2] De la O Vidal, N. Gómez, A. Campos, J.,  2004. «Arqueología rural de época moderna y contemporánea en el entorno de Huelva: El asentamiento de “La Almagra”». Huelva en su historia, volumen 12, pp. 77-97.

Arqueología de la retaguardia: Los refugios antiaéreos, el caso de Gavà.

En cuanto a la arqueología de la retaguardia, son muy interesantes los refugios antiaéreos. Estos son elementos que nos permiten observar cómo sería la realidad de estas poblaciones, puesto que los bombardeos constituían una amenaza latente, que no podía ser ignorada.

Estos elementos generalmente no son musealizados, ya que, aunque a mi parecer se trata de elementos impresionantes, la mayoría se hallan en un estado de decadencia. Por ello, fue tan interesante realizar la visita al refugio antiaéreo de Gavà. La visita fue muy interesante ya que no sólo nos mostraron el refugio antiaéreo, sino que también nos dieron un recorrido por los edificios de esa época que aún se conservan y nos mostraron un documental sobre testimonios orales de cómo se experimentaron dichos bombardeos en Gavà.






El refugio antiaéreo de la Rambla de Gavà fue construido por los trabajadores de la Compañía Roca en el año 1938. El motivo de su construcción fue, principalmente, el hecho de que esta fabrica fuera colectivizada por los republicanos cuando estalló la guerra, aprovechándose la infraestructura de la fábrica como fundición para producir proyectiles. Por ello, esta fábrica, al igual que la población de Gavà, se convirtió en un objetivo militar del ejército franquista y la construcción del refugio respondió a la necesidad de proteger a los trabajadores de la fábrica y a la población en general.


Este refugio se encuentra en la parte central de la Rambla, abarca desde la estación hasta la carretera de la Santa Creu de Calafell, y tiene una longitud de 124 metros. El refugio tenía 3 entradas. La primera estaba situada en la Rambla, haciendo esquina con la carretera Santa Creu de Calafell. Había otra cerca de la estación y, finalmente, la tercera estaba situada detrás de las rejas que cerraban las oficinas de la Fábrica Roca. Para construirlo se usaron toneladas de hormigón para poder soportar la caída de las bombas. Gavà sufrió un total de 5 bombardeos con un saldo de 16 víctimas.

Respecto a este tema es muy interesante el artículo "El refugio de la Roca", donde se publican testimonios orales de personas como Pere Alcaraz o Josep Corbalán, ya que a través de estos testimonios se puede observar cómo la población vivía la situación de tener un miedo constante a los bombardeos.

Para visitar este artículo: http://www.elperiodico.com/es/noticias/barcelona/refugio-roca-944783

Arqueología Industrial I

La Arqueología industrial es una arqueología que comienza más como un intento de recuperar el patrimonio visible en las ciudades. Por ello, en un principio no se definió una metodología precisa para llevarla a cabo, de hecho, aún esta metodología no ha sido clarificada por historiadores o arqueólogos.

Según mi perspectiva, la arqueología industrial no debería variar respecto a la metodología que aplicaríamos a cualquier yacimiento.

Es cierto que en muchos de estos yacimientos no se conservan estratos dentro de los propios edificios. Sin embargo, no hay que limitarse por esta cuestión puesto que hay muchas más formas de extraer información de estos edificios usando técnicas arqueológicas. En este sentido, tenemos que existen diversas técnicas destructivas y no destructivas para estudiar estos edificios.

Técnicas no destructivas:

El estudio de estos restos puede llevarse a cabo a través de técnicas no destructivas, es decir, que no toquen el patrimonio de ninguna forma.

  • Prospecciones: Este es un ejemplo de técnica no destructiva, existen diversos tipos de prospecciones que se configuran de acuerdo a los objetivos de las investigaciones. Existen prospecciones para determinar yacimientos nuevos, prospecciones para evaluar el estado de conservación de los yacimientos, prospecciones que identifican todos los yacimientos de un mismo periodo o todos los yacimientos de una misma tipología, adecuándose siempre al objetivo de la investigación que se desee llevar a cabo.

Mixtas: 

Se trata de técnicas que pueden realizarse tanto influyendo sobre el patrimonio como no influyendo.

  • Estratigrafía muraria: Es cierto que, en principio la estratigrafía muraria no tiene por qué afectar al yacimiento. Sin embargo, la realidad es otra si lo que se desea es obtener un conocimiento exhaustivo del mismo, puesto que, esta estratigrafía muraria puede estar en contacto con estratos o sobre los mismos muros donde también se pueden aplicar pequeñas intervenciones para observar cómo se construyeron.

Destructivas:
  • Excavación: La excavación de un sector es un proceso destructivo, que consiste en identificar todas las estructuras que se van destruyendo para poder observar las estructuras o estratos anteriores.

Todas estas técnicas se pueden complementar las unas a las otras, en diferentes niveles de investigación, lo importante es determinar cuál es el propósito específico de la investigación y determinar cuál metodología se adecua más a dicho propósito.

Arqueología del Conflicto I

Arqueología del conflicto se denomina al estudio de cualquier cultura material que haya sido creada con la intención de ser usada para perjudicar a otros. Al igual que en la arqueología industrial e incluso más que en la anterior, la arqueología del conflicto posee una diversidad de sus formas de expresión, por lo cual no es sencilla ni su conservación ni su estudio.

Entre los elementos que podemos incluir están:
  • Las fortificaciones
  • Las trincheras
  • Los campos de batalla
Como podemos observar, son estructuras susceptibles de ser estudiadas tanto elementos aislados, como puede ser una trinchera o un nido de ametralladora, como auténticos conjuntos, como puede ser una fortificación abaluartada.

Esta variedad tipológica hace que muchos de estos elementos, a menudo los menos espectaculares, no sean conservados. Esto sucede mucho con los campos de batalla, los nidos de ametralladora, que se encuentran a lo largo de toda la costa del Maresme, entre otros. En el caso de los campos de batalla, los gobiernos se encuentran con la problemática de que si se deben conservar, pasa a ser protegido un territorio muy amplio que no podrá ser aprovechado.

Cabe destacar que existen otros gobiernos que hacen de estos campos de batallas auténticos sitios turísticos, como sucede en los campos de batallas de Estados Unidos.

Por otro lado, existen elementos de defensa pasiva que no se sabe muy bien donde ubicarlos, este es el caso de los refugios antiaéreos. Hay investigadores que prefieren denominarlos así "defensa pasiva", pero incluirlos dentro del estudio de la arqueología del conflicto. Sin embargo, hay otros que prefieren hablar de arqueología de la retaguardia, puesto que estos elementos no son realizados con el objetivo de perjudicar a otros, sino que son hechos con la única finalidad de defender a la retaguardia.

Arqueología de las vías y caminos IV: Los caminos

La arqueología de los caminos en sí no se ha conformado como una especialidad. Ésta, sobre todo, se inserta en la arqueología del Paisaje, lo cual se debe a que los caminos son mucho más fáciles de reseguir en lugares donde el urbanismo no es muy avanzado.

Hay distintas formas de documentar un camino:
  • Por la toponimía, ya que en ocasiones esta toponimía nos habla de caminos antiguos.
  • Por los trazados que aún se mantienen, donde en ocasiones se pueden observar estructuras antiguas, como los margenes del camino.
  • Por planos antiguos, ya que a menudo los caminos cuando pierden su uso como tal se conforman como terrazas agrícolas, pues la reutilización de los materiales es fácil. También pueden quedar insertados en el urbanismo actual, con lo cual se puede identificar en los planos antiguos caminos que actualmente se han convertido en calles.
  • En ocasiones estos se pueden documentar a través de la fotografía aérea porque la vegetación en torno a ellos difiere.
Los caminos generalmente nos aportan mucha información sobre cómo estaba vertebrado el territorio, cómo se realizaban las comunicaciones e incluso nos pueden indicar la presencia de otros yacimientos, puesto que caminos que sean importantes en su dimensión pueden estar hablando de la existencia de un destino que era importante para el comercio o por su representación política.

Cultura Material de los Gobiernos II: El Valle de los Caídos, en España, y El Ojo que Llora, en Perú.

Para este tema me interesó el libro denominado Política y arte de la conmemoración. Memoriales en América Latina y España, de Katherine Hite, que compara El Valle de los Caídos, en España, El ojo que Llora, en Perú, las bicicletas estampadas en los muros de Argentina y el Memorial de Paine, en Chile. Puesto que el libro no lo logré encontrar en ninguna librería, he decidido yo realizar una comparación entre el Valle de los Caídos, que ya había tratado en un trabajo, y otro de los memoriales que son incluidos en el libro. Para analizar el Valle de los Caídos utilicé un artículo de Alfredo González Ruibal [1] y para analizar el Ojo que Llora en Perú he utilizado un artículo de Mabel Moraña [2]


El Valle de los Caídos es un gran mausoleo, construido, por ordenes de Franco, cerca de Madrid, para aquellos que murieron en la guerra civil, para el fundador de la falange José Antonio Primo de Rivera y para él mismo. Aunque el proyecto comenzó inmediatamente después de la guerra, usando trabajo forzado, la construcción terminó en 1959, después de numerosas peticiones de Franco de aumentar el tamaño del edificio, una basílica subterránea.

Aproximadamente 40.000 individuos están enterrados en esta basílica. Aunque algunos afirman que este sitio fue hecho para recordar a las personas que murieron en la guerra civil, la realidad es que la participación de los republicanos es minoritaria, además de que todo en este monumento fue concebido para exaltar a Franco y a la iglesia católica.

El edificio está inspirado en el Monasterio El Escorial. De hecho, la idea era construir el monumento de modo que quedara inscrito en la ruta real en las montañas cerca de Madrid, donde El Escorial y el Palacio de la Granja están localizados. De esta forma, el gobierno de Franco era presentado como la continuidad lógica y natural de los reyes españoles. Aunque el monumento está construido en su mayoría en un estilo neotradicional, existen también elementos modernistas, los cuales incluyen las colosales plataformas de los edificios y las esculturas y el estilo de las estatuas.

Actualmente, el Valle de los Caídos está incluido en lo que se denomina "patrimonio nacional", una serie de sitios históricos que pertenecían a los reyes de España. Como parte del patrimonio nacional y debido a su localización estratégica, el Valle recibe numerosos visitantes. Sin embargo, no existe ninguna señalización que lo contextualice.

En cuanto a él, la Comisión Constitucional del Congreso aprobó, el 16 de octubre de 2007, el proyecto de Ley de Memoria Histórica, en la que consta un artículo referente al Valle de los Caídos. Este artículo, aprobado con el apoyo de todos los partidos políticos, es una nueva regulación para despolitizar el Valle, convirtiéndolo exclusivamente en lugar de culto religioso. Así, la fundación gestora del Valle de los Caídos tendrá entre sus objetivos la honra de la memoria de todos los caídos en la Guerra Civil y en la posterior represión política. Además, en ningún lugar del recinto podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política, ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas o del franquismo.

Más allá del intento de despolitización que se quiere lograr, me interesa cómo intentan lograrlo, ya que se pretenden excavar sitios de trabajo forzado donde vivían los prisioneros que construyeron esta edificación y es que, precisamente, un elemento no se entiende sin el otro. Esto es lo que creo que se debe hacer en cuanto a la arqueología del periodo franquista y fascista, es decir, excavar los distintos sitios y situarlos en su contexto.

Por otro lado, el Ojo que Llora, en Perú es una escultura conmemorativa, erigida en el Campo de Marte, parque de la municipalidad de Jesús María, pieza que constituye el elemento central de la Alameda de la Memoria, en la Ciudad de Lima. Éste estuvo a cargo del arquitecto peruano Luis Longhi y constituye un espacio en el que honrar a los caídos en la guerra interna que tuvo lugar en el país a partir de 1980. 

Este complejo arquitectónico ocupa en total unos 1 500 metros cuadrados, aloja en su centro un monolito de granito negro de poco más de un metro de altura que constituye el núcleo de la construcción donde se ubica El Ojo que Llora. De la piedra encontrada en la Bahía de la Independencia, en Paracas, en forma de ojo incrustada en el peñasco mayor, manan continuamente gotas que simulan el llanto y que van a dar a un pozo de agua que rodea a la roca principal, convertida así en fuente o manantial. En torno a este núcleo se trazan once círculos concéntricos que delinean un laberinto de mármol. Esas sendas permiten al visitante pasar junto a todos los cantos rodados, que están dispuestos a lo largo de los senderos circulares, y en los que están inscritos los nombres de las víctimas. 

En torno a este memorial también existen polémicas, como existen en el Valle de los Caídos, ya que, al igual que lo que sucede en el Valle de los Caídos, en éste se ha querido despreciar a una parte de la población, que es la población indígena quechua-parlante y que fue la más afectada por dicho conflicto. Uno de estas polémicas es el hecho de que se ubica en el espacio blanco-criollo de la ciudad limeña y que el encargado de las comisiones se haya referido a los indígenas usando términos que señalan barbarie. 

A partir del análisis de estos dos monumentos se puede observar que estos monumentos pueden no abarcar las realidades históricas de los conflictos que sucedieron, debido a que aún existen condiciones sociales y políticas que determinan su creación y musealización.



[1] GONZÁLEZ, A., 2009. «Topography of terror or cultural heritage». A: FORBES, N. PAGER. PÉREZ, G. (eds.). Europe's deadly century. Perspectives on 20th century conflict heritage. Londres: Kemble Drive, 2009, pp. 65-72.
[2] Moraña , M. «El Ojo que Llora: biopolítica, nudos de la memoria y arte público en el Perú de hoy». Washington University..


Arqueología Industrial III: Las colonias industriales, el caso de Súria.

Súria es un municipio de la comarca del Bages en Barcelona. Existen pocas afloraciones como ésta, de potasa y de sal, donde la afloración es superficial, ya que debido a movimientos tectónicos la sal y la potasa afloran entre la arcilla. En 1912 fueron descubiertas las minas de potasa y fueron explotadas por la empresa Solvay, de Bélgica, a partir de 1918. La mina generó la Colonia Santa María, en la que en 1925 vivían 246 familias con todos los servicios básicos. Actualmente, se conservan tanto las casas de los obreros como el chalet del director, de arquitectura modernista. [1]

El mineral extraído en Súria se transportaba hasta Manresa mediante una línea de tren exclusiva para esta actividad. La minería y las actividades derivadas fueron las bases de la economía de este pueblo y siguen teniendo un protagonismo importante. La industria textil y la minería atrajeron muchos emigrantes, especialmente de Andalucía, que a partir de los años 1960 se asentaron en los nuevos barrios obreros de Santa María, Rastells y Salipota. [2]

La Colonia minera Santa María es una de las colonias industriales mejor conservadas. La empresa Solvay belga la construyó de forma que constituye la expresión material de ideales utópicos de cómo deben ser las colonias industriales. Se comenzó a construir en verano de 1918 y se acabó en el invierno de 1919. 
[3]
La colonia estaba formada por:

  • Chalet del director.
  • Chalet similar con dos viviendas.
  • Cuatro xalets con un total de ocho viviendas. 
Este completaba el conjunto del Raval Nou: 
  • Cuatro xalets con un total de ocho pisos
  • Trece xalets con 26 pisos, que en 1939 eran 33 pisos.
  • 70 módulos formados por bajos y dos plantas cada uno, que son tres viviendas. Algunos módulos estaban agrupados en edificios de dos módulos, unidos unos a otros por una escalera central en cada bloque. Eran 210 viviendas aunque solo 130 funcionaban como tales, el resto era destinado a cantina y otros servicios. [4]
Cada vivienda tenía 65 m2, una sala comedor, una cocina y tres habitaciones. Los lavaderos estaban en la calle, en unos anexos cubiertos. En 1948 Solvay construyó algunos bloques de viviendas de 80 m2.

Respecto a los servicios cabe destacar la ausencia de iglesia, a diferencia de la católica burguesía catalana, la filosofía de Solvay era eminentemente laica. La enseñanza no era religiosa. Había economato y cantina, llamada "casa dels solters", que fue cuartel de la guerra civil. [5]





La industria tradicional de municipio relacionada con la extracción de potasa, actualmente, continúa en funcionamiento con la empresa IBERPOTASH, S.A. Esta empresa sigue siendo la más importante según el número de personas asalariadas. [6]





Estas condiciones de que la mina aún sea explotada y que aún parte de la población trabaje en ella, dificulta su musealización puesto que los pobladores lo observan como algo que aún está en funcionamiento, aunque existen partes de las minas que ya no lo están y en donde se encuentra abundante material arqueológico. [7]



[1] Sudor, Vapor y Lágrimas. Patrimonio industrial. <http://chimevapor.wordpress.com/2009/07/05/la-colonia-minera-santa-maria-suria/>. [Consulta: 15 de enero de 2014]. 
[2] Ídem.
[3] Ídem.
[4] Ídem.
[5] Ídem. 
[6] Estudis sobre el teixit empresarial i els espais industrials de Súria. Consell Comarcal del Maresme. Ajuntament de Súria.
[7] Ídem.


Arqueología muraria

La arqueología muraria, también denominada arqueología de la arquitectura, consiste en la documentación de secuencias constructivas en los muros. Cabe resaltar que ésta no es un elemento único de la época moderna ni de la época contemporánea, de hecho, desde el momento en que los hombres comienzan a cambiar su en torno a través de la construcción se tiene que aplicar un estudio que ligue la arqueología y la arquitectura. 

Esta forma de observar una estratigrafía tan sólo varía en que, además de observar los niveles sedimentarios, se correlacionan en el tiempo con las construcciones que se hayan realizado. De esta forma, podemos observar en qué momento se realiza cada pared y las refracciones que ésta ha sufrido. 

La forma de registrar estas correlaciones es con el sistema matrix habitual [1]En cuanto al método, la correlación entre niveles sedimentarios y paredes es relativamente fácil cuando se puede observar, por otro lado, el momento de realización de las refracciones si que puede ser más complicado, ya que existen reutilizaciones de materiales, que hacen que la distinción no sea tan clara, además de que son casi imposibles de fechar de forma absoluta y relativa, a menos que entre el material de construcción se haya conservado un carbón o una cerámica, de modo que muchas veces sólo se puede establecer una secuencia dentro del mismo edificio, sabiendo qué es anterior y qué es posterior, pero no se puede correlacionar a ningún periodo en concreto.


Figura: Relación entre los estratos y las estructuras. (Harrís, 1991; 78).

Para entender exactamente como se establecen dichas relaciones es una lectura obligada el libro de Principios de Estratigrafía Arqueológica de Edward C. Harris, donde también existen ejercicios que se pueden realizar para entender cómo correlacionar las estructuras con los estratos.  [2]

Este libro se puede visitar en la web: http://www.harrismatrix.com/book/Principios_de_Estratigrafia_Arqueologica.pdf



[1] Harris, E., 1991. Principios de la estratigrafía arqueológica. Barcelona: Editorial Crítica.
[2] Harris, E., 1991. Principios de la estratigrafía arqueológica. Barcelona: Editorial Crítica.

Arqueología del Paisaje I

Los límites interpretativos de la arqueología es un tema que ha sido debatido a lo largo del desarrollo de esta disciplina, debate que incrementa en la arqueología dedicada al estudio del espacio y del territorio debido a que la conceptuación del espacio y los límites interpretativos que esto contempla son más difíciles de establecer, lo cual se puede denotar en el proceso que se tuvo que cumplir hasta que algunos países admitieran los paisajes como un yacimiento arqueológico, existiendo algunos que aún no lo determinan como tal.

Al igual que en la arqueología, las principales teorías enfrentadas son las producidas por la rama de lo que podríamos llamar una arqueología más tradicional, la Arqueología Funcionalista y la Nueva Arqueología, y la de la Arqueología Post-procesual. Aunque cabe destacar que la Arqueología Funcionalista dio origen a esta disciplina como Arqueología Espacial, también hay que destacar que llegó a un determinismo ambiental, como lo expresaba Karl Butzer: “Considerados a muy largo plazo, los sistemas culturales no son estables ni
homeostáticos, sino dinámicos, porque los cambios estructurales se ven obligados a garantizar la viabilidad e incluso de supervivencia” (Butzer, K., 1989; 10), es decir, interpreta las culturas en términos de adaptación y adaptabilidad. Este componente, en su extremo, llevaba a pensar que “La variabilidad en la estructura territorial constituye una respuesta funcional (minimización de costes/optimización de la eficacia en la obtención de recursos) destinada a procurar la estabilidad” (Diez, 2007; 6), es decir, se llegaba a aplicar la ley del mínimo esfuerzo, lo cual no es una verdad inmutable, ya que podemos observar muchas sociedades, que por su cultura, no explotan el territorio de la forma más rentable, sino de la forma condicionada por la cultura. Esto no cambia considerablemente cuando surge la Nueva Arqueología, ya que, aunque se reconocía la ideología como un factor, la cultura era considerada como un sistema que cambiaba en función de la situación (Binford, 1965; 205), es decir, un sistema fundamentalmente determinado por factores ambientales, donde el factor simbólico era más una consecuencia que un condicionante. Al igual que lo expresan los autores procesuales, yo considero que los humanos impregnamos todos los objetos materiales de cultura, desde elementos más claros como la vestimenta o la actividad culinaria hasta el propio uso de las cosas, están determinados por nuestra forma de ver las cosas.

El primer problema que pude observar en los estudios post-procesuales es la pluralidad de estudios que existen, lo cual, por un lado es enriquecedor, pero por otro lado, lleva a que existan diversos cuerpos teóricos, seguidos por grupos de autores o, incluso, que cada autor cree su propio cuerpo teórico. Lo que hay que destacar, como lo menciona el artículo de Soler, es que una gran parte de investigadores se disponen, para determinar el factor simbólico o cultural, a superar la materialidad (Soler, 2007; 43).

En primer lugar, deberíamos plantearnos qué significa superar la materialidad, quiero decir, si estos autores no se limitan al registro arqueológico, ¿hasta dónde pueden llegar? Para superar esta materialidad, los autores procesuales aplican lo que se puede determinar como una técnica textualista y contextualista, es decir, destacan que los paisajes y los objetos son entendidos según el contexto donde se encuentren y según quien los lea, aceptando que su lectura del paisaje no es la misma que tenía la sociedad del pasado, sin embargo, por lo que he podido observar leyendo el artículo de Felipe Criado (1997; 5-9), están conscientes de esta limitación, pero no les impide escribir el pasado como ellos lo comprenden, lo cual es entendible, porque todos los arqueólogos están influenciados por una corriente teórica al interpretar el registro, como lo hacía el marxismo al colocar como infraestructura la economía. Aunque estoy de acuerdo con la importancia del análisis del contexto y de la aceptación de que el bagaje interpretativo de cada arqueólogo influye en su forma de analizar el registro, considero que esta superación de la materialidad plantea un problema en las interpretaciones post-procesuales, que es el mismo aspecto que ellos criticaban a la arqueología “tradicional”, ya que, al igual que las corrientes que de esta disciplina divergen, como la arqueología del género o indígena, terminan siendo demasiado teóricas, constituyendo teorías que, en muchos casos, no han pasado un largo proceso de verificación y que, en otros casos, son muy difíciles de comprobar.

Un ejemplo de esto lo pude observar en la interpretación de una estela con cazoletas de la Edad del Bronce que apareció en la Bastida de la Totana, acerca de la cual los autores postprocesuales proponían la teoría de que la distribución de las cazoletas constituía una representación espacial, ideado por la población de este yacimiento, del territorio que los circundaba, es decir, de los otros poblados argáricos y los cursos de agua que se encontraban alrededor, con lo cual, los investigadores trataron de vincular cada una de las cazoletas a un poblado argárico. Sin embargo, ellos mismos aceptan no haber revisado la cronología de los poblados y por lo tanto, su contemporaneidad al poblado en cuestión, lo que se traduce en una hipótesis inválida, cuyos datos han sido forzados. (Ayala, Jiménez, 2005; 43-46). 

También podemos ver otro ejemplo, aplicado a la arqueología del paisaje, en el estudio de Christopher Tilley sobre los menhires de Finestère, basándose en la percepción para interpretarlos de diversas formas, en primer lugar, como “Guardianes del agua”, fenómeno que surgiría como respuesta al incremento post-glacial del nivel del agua, sin tener en cuenta que no en todos los territorios donde existen menhires creció de la misma forma el nivel del mar y, además, estos mismos menhires los interpreta como una representación de las plantas, para ligar con la interpretación de otros menhires “con forma de hacha”, forma que según él sólo se puede observar desde cierto ángulo, como un reflejo del paso de la simple observación de la naturaleza que se puede contemplar en los menhires “con forma de planta” a la apropiación de la naturaleza por parte del hombre que, según él, reflejan los menhires “con forma de hacha” (Tilley, 2004; 38-86). Teorías que, como podemos ver, son tan generalistas como las que puede generar la arqueología “tradicional”. Por ello, pienso que en el planteamiento de sus teorías o hipótesis, deberían diferenciar entre lo que es una afirmación, lo que es una hipótesis y lo que son las elucubraciones, entendiendo la diferencia entre el planteamiento de una hipótesis, lo cual conlleva que existan datos sobre la cual proponerla y datos aún por verificar, y las elucubraciones, que son formulaciones que no poseen ninguna sustentación, ya que en muchos estudios presentan las hipótesis y las elucubraciones como una afirmación, cuando, como es el caso de las cazoletas, se tratan de elucubraciones.

El hecho de afirmar que buscan la superación de la materialidad pone en duda la propia utilidad de la arqueología como ciencia y de la información que podemos extraer a partir del registro arqueológico. Debería ser a partir de la propia materialidad, que está impregnada de cultura, y en la creación de nuevos métodos que extraigamos la información, tanto cultural como económica y social, tratando de explotar cada vez más el registro arqueológico. Además, en este proceso de superación de la materialidad a través del uso de la percepción, se llega al extremo de la conceptualización del paisaje, entendido como todo aquello concebido y leído por el hombre, aunque no haya sido modificado por él mismo, como lo es afirmado por Burel y Baudry: El concepto de paisaje implica la asociación de dos elementos, el espacio y la percepción (2002; 41). Este concepto de paisaje presenta muchos problemas, porque termina siendo paisaje toda la naturaleza, lo que es imposible de delimitar para realizar los estudios, dejando de ser funcional. Por ello, considero que es mucho más comprensible el concepto de paisaje “tradicional”, como un paisaje conformado por la interacción entre el hombre y la naturaleza, es decir, un paisaje modificado de forma antrópica.

En cuanto al aspecto de la explotación del territorio de forma económica, al contrario de lo que han hecho algunos autores del post-procesualismo como Christopher Tilley (2004; 38-86) realiza en su estudio, sobretodo, porque eligen sociedades anteriores al neolítico o sociedades que no han explotado el territorio de manera pronunciada y donde se puede incidir más en el aspecto cultural, considero que no se puede dejar de lado, ya que para poder obtener una visión holística de un paisaje o de una cultura, es necesario determinar cómo el ser humano influye sobre el medio, estructurándolo y explotándolo, y cómo esto modifica al propio medio, que a su vez tendrá una respuesta sobre la actividad humana, proceso que no deja de ser condicionado por la cultura. Por ello, la economía, que es entendida de diversas formas por los autores post-procesuales, ya sea como un elemento de la cultura, como lo señala el estructuralismo, o como un aspecto más del cual se puede extraer la serie de principios que constituyen la cultura, como lo señala Felipe Criado (1997; 8), es necesaria para entender los paisajes y los cambios que se producen en el mismo, de hecho, estos estudios son esenciales cuando nos encontramos delante de paisajes que han sido muy modificados por las diferentes sociedades, donde es muy útil entender el proceso de estructuración del territorio en términos económicos, para lo cual debemos usar los métodos de la geografía humanística, como el estudio de regresión en el territorio, y otras técnicas.

De igual forma, así como en los estudios post-procesuales se debe estudiar la economía, en las sociedades que explotan de forma más intensiva el territorio también se deben estudiar los aspectos culturales, ya que a lo largo del tiempo se ha hablado sobre esta diferenciación de sociedades poco y muy jerarquizadas y sobre lo que esto implica, como lo muestra el artículo “La arqueología del paisaje en la investigación paleolítica”, de Fernando Diez Martín (2007; 1-3). Los investigadores se han planteado cuestiones como ¿la sociedad paleolítica explotaba el territorio? ¿las sociedades más avanzadas poseen una visión únicamente economista del paisaje? En este sentido, creo que tanto las sociedades menos jerarquizadas como las muy jerarquizadas explotan el territorio y también están condicionadas por la cultura en todos los sentidos, sólo que de distintas formas, por ello, se deben desarrollar los métodos para estudiar los distintos casos.

Con respecto a la definición de la cultura como una serie de principios u ordenación, que se puede extraer de los diversos elementos, como la cultura material, la economía o la organización social, como lo destaca Felipe Criado (1997; 8), no estoy totalmente de acuerdo, porque parece que quisiera resumir la cultura de las sociedades en una especie de libro de normas o de definición, que considero que puede producir errores al tratar de simplificar lo que en realidad constituye la cultura de una sociedad, entendida en toda su extensión.

Por otro lado, pienso que los investigadores deberían de concentrarse en técnicas que, al contrario de superar la materialidad, nos ayuden a entenderla y a interpretarla, tales como, la antropología cultural y dentro de este campo, la etnoarqueología, técnica que ya era usada por la arqueología funcionalista y fue fomentada a partir de la arqueología contextual. Considero que si esta práctica o técnica es utilizada cuidadosamente, a través de la realización de paralelismos, nos pueden orientar sobre la diversidad de interpretaciones que se le puede dar a un objeto o a un yacimiento. Un ejemplo de esto, fue la aplicación de la etnoarqueología de comunidades indígenas en el Amazonas, para entender una especie de plancha de arcilla, que aparecía en los yacimientos. Gracias a la realización de este estudio, llegaron a concluir que probablemente se trataba de un objeto empleado en el tratamiento de la yuca, determinando que probablemente la agricultura vegetativa de la yuca era anterior a la de semillas, dato que fue verificado posteriormente a través de otros hallazgos (Vargas, 1981; 200-220). A pesar de las críticas que ya he mencionado, también existen innovaciones teóricas y metodológicas que han sido desarrolladas en el ámbito de la arqueología post-procesual y que son interesantes porque, precisamente, parten de la materialidad para determinar aspectos no materiales.

Me gustaría destacar, como innovación teórica, la importancia que se le da a la percepción. Es interesante porque, para poder entender un paisaje, en primer lugar, lo conceptualizamos. Christopher Tilley también aplicaba este método, el problema es que de su aplicación concluía teorías demasiado complejas como para ser verificadas sólo a través de la percepción. Pero hay trabajos sobre percepción que realmente son valiosos, uno de los cuales veremos en el siguiente post.


BINFORD, L. R., 1965. «Archaeological systematics and the study of culture process». American Antiquity, número 31, p. 205.
BUREL, F. BAUDRY, J., 2001. Ecología del paisaje: conceptos, métodos y aplicaciones. Traducción. Madrid: Ediciones Mundi-Prensa [Traducción: 2002], p. 200.
BUTZER, K., 1982. Arqueología, una ecología para el hombre: método y teoría para un enfoque contextual. Traducción. Barcelona: Edicions Bellaterra[Traducción: 1989], p. 10.
CRIADO BOADO, F., 1997. «Introduction, combining the different dimensions of cultural space, is a total archaeology of landscape possible?». A: Criado, F. Parcero, C. TAPA: Landscape, Heritage, Archaeology, número 2, pp. 5-9.
SOLER, J., 2007. «Redefiniendo el registro material. Implicaciones recientes desde la Arqueología del Paisaje Anglosajona». Trabajos de Prehistoria, vol. 64, Número 1, pp. 41-64.
TILLEY, C., 2004. The materiality of stone: Exploring in landscape phenomenology. Oxford: Berg, pp. 38-86. Vol. I.
· VARGAS, I. Investigaciones arqueológicas en Parmana: los sitios de la Gruta y Ronquín, Estado Guárico, Venezuela. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1981, 200-220.
DIEZ MARTÍN, F., 2007. «La arqueología del paisaje en la investigación paleolítica» [pdf]. Arqueoweb. Revista sobre Arqueología en Internet, número 9, <http://www.ucm.es/info/arqueoweb/pdf/9-2/diezmartin.pdf>. [Consulta: 15 enero 2014].